Me entrego al desatino
de las palabras dormidas,
para poder resurgirlas
en un blanco papel…
Me entrego al viento
que me eleva hasta ellas,
al nuevo murmullo
de un amanecer.
Me entrego
al regazo de las olas
en su continuo vaivén,
a la caricia amiga,
al resplandor de la risa,
al azul de los días
que me provocan seguir.
Me entrego a estas manos
para poder escribirlas,
me entrego a esos ojos
que están detrás de ahí…
Taté
16/04/2016
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