Si lentamente
las alas de tus ojos
cerraran su mirar,
¿qué sería
del azul que te
alimenta…?
Si concedieras a la noche
la paz que te sostiene…
¿Quién llenaría de versos
el blanco del papel…?
Descansa mi niña.
Yo vigilo tus sueños.
Taté
11 mayo, 2016
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