Abrir los ojos
con cada amanecer,
buscarse entre todas las cosas
que despiertan con el día.
Entre la suave brisa,
la espesa bruma,
el respiro suave
del olor a café.
Elevar la mirada
tras la pequeña ventana,
y decir mi nombre…
…Y mi nombre
sólo es una palabra
que flota con el viento
dócil del amanecer…
Es el eco
de todas esas cosas
donde me encuentro.
Taté GR
5 oct. 16
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