Mirando al cielo,
temerosos de su impetuosidad,
no oyeron ecos en la lluvia.
Gotas precipitadas
cayeron con ganas
de empapar la tierra,
donde desesperada soportó
bañarse de tanta agua.
Siguieron dudando,
siguieron sin oír
ecos en la lluvia...
Taté
22/10/2015
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