Aun no sea
la niña que perdía
la cuenta
contando estrellas
en noches infinitas…
La que trepaba
los muros,
de un solo salto
volaba al otro
lado de la pared.
Aun no sea la misma
que bailaba
delante del espejo
-todavía lo hago
aunque nadie me ve-
Aun el tiempo
se apresura
en llenarnos de arrugas
y cansarnos la piel…
Todavía puedo
embestirme,
con mi pelo blanco
y partir,
constantemente,
a retar al tiempo…
Taté
24/01/2016
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