Aun los pies
hayan caminado
angostos senderos,
y los ojos
se hayan vestido
de tanto paisaje
escondido…
Aun las manos
hayan sufrido
el desgarre de la piel
de tantas piedras
arrancadas del camino
y el viento,
que creías amigo,
convirtió en remolino
los recuerdos vividos…
Aun la sal,
que bañaba tu cara,
se secó en la orilla
de esos labios dormidos.
Y la ola,
que volvió a ser ola,
para romper en la roca
sin hacer apenas ruido.
Aun todo se desmorone
por querer levantar
enormes castillos…
Siempre habrá
un lugar
donde buscar
sobre el arcoiris…
Taté
17/03/2016
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