Nunca me vistieron
de traje largo,
no alcancé la altura,
por no pisarlo los pies.
No fui la más osada
en cruzar bosques oscuros.
(Tal vez porque
no existían bosques
donde yo vivía
y regresaba a casa
antes de apagarse
la luz.)
Nunca guardé rencor
de los golpes que me daba,
aprendí con ellos
a aceptar mi fragilidad…
No soy la más oradora en palabras,
mi hablar nace en miradas,
decirlo, lo digo en un papel…
Camino por las calles
con arena en los bolsillos,
con los gritos de los niños,
con el brío de la mar.
Disfrazo las inseguridades
con una bella sonrisa,
por si me pillan
el temblor en los pies.
Debajo de esta piel
siempre habrá una niña
jugando a la escondida
no cuentes hasta diez…
Aprendí sola
a atarme los zapatos,
aun siempre anduve flotando,
algún día aterrizaré…
Me he soltado la coleta,
el viento ahora juega
con quien siempre
estuvo aquí
Taté GR…
8 julio 2016
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