Vibra el amor
sobre la húmeda tierra
cuando el manto nocturno
destapa un nuevo amanecer.
Su aroma se despliega,
cimbreante con el viento,
como pequeñas flores
acabadas de nacer.
Nadie se ha parado
a observar
la sutil magia
de su invisible toque.
Se esfuma,
más tenue que un suspiro,
buscando
el sol entre los dedos.
Tanto amor queda
nacido en la arena,
entre el cielo y la mar,
entre mis manos y tus ojos…
Taté GR
30 julio 2016
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