martes, 29 de noviembre de 2016

La fugacidad de la tarde



Cuando desaparecen
los últimos rayos de luz
de estos atardeceres
tan luminosos,
lo que queda
es este olor a tierra,
a mar, a aire perfumado
por la fina hierba
que nació tras la lluvia.
Queda, esta fuerte lucha
resistiendo a la oscuridad,
a la fugacidad del sol
enredada entre las nubes.
Quién pudiera tener palabras
para decir tantas cosas,
quién pudiera tener silencios 
para no decir nada.
Mientras, la tarde se va
con la voz de las aves…
Taté GR
29 noviembre 2016

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