No sólo en verano
el sol calienta la arena,
ni la mar entibia
las plantas del pie…
Ni sólo en las primaveras
las flores dejan su aroma
por todo este largo jardín…
No sólo en otoño
se desnudan los árboles
de sus más verdes hojas…
Aquí, en diciembre,
también hay días azules
abrazados al aire
del calor de las mañanas.
Todavía quedan pétalos
sobre la hierba mojada
dejando indicios claros
de sus flores más bellas.
Y las hojas amarillas
no han dejado de visitar
la vieja alfombra
colgada del pretil.
Aquí, en diciembre,
también se puede amar
con el mismo frescor,
con el mismo ardor,
con la misma pureza
con la que se ama
en el verano y en la primavera.
(El otoño sólo se vistió
de su desnudez..)
Taté GR
19 diciembre 2016
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