Sentir el alma
en las palabras...
Sentir que ellas
rompen los silencios...
Escribirlas
para nombrar cosas,
y las cosas
no son la imagen
de lo que ves...
Si escribo rosa,
no veo flor,
sino aroma,
perfume, esencia,
con ganas de ser
pradera...
Escribir palabras
para decir viento...
Y el viento es
el vaivén
del movimiento
que retorna
cuando piensas
que se va...
Cuántas palabras
para romper silencios,
cuánto silencio
para hacer palabras...
Y ser el eco,
de cierta felicidad,
que nos mencionan
en cada una de ellas..
Estar
en lo que escribes,
pero ser más
de lo que lees...
Taté
15/09/2015
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