Muchos anduvieron
llenando el arca,
cargando de incertidumbre
una espalda débil
que sólo quería
prescindir de todo.
No se atrevieron
a liberar sus dudas,
a descargar su peso,
por no verse desnudos
de tanta penuria...
Esos
que se atrevieron
a desnudar su espalda,
liberar su carga,
a ser náufragos
y sucumbir al mar...
Esos,
entendieron el suspiro
de un adiós sin lágrimas,
la huella de un beso
marcado en la cara,
el silencio del deshoje
de las hojas cansadas...
Son los que sobreviven
los que entienden
que las caídas se levantan,
y el andar es mejor
con una espalda desnuda...
Taté
03/11/2015
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