sábado, 20 de agosto de 2016

Hay soledades hambrientas de letras...





Hay quienes visten soledades
del gélido frío
devorando los árboles
de sus verdes hojas.
De cosechas sin frutos,
de días sin sombras…
De largas esperas
en vacíos andenes,
esperando
lo que nunca vuelve.
Visten esas soledades
del mismo color,
del mismo agrio sabor
que no se va de la boca.
Todas se asemejan,
sintiendo la soledad
de sus soledades…
Todas,
menos ésta que se siente
en el claro de esta luna,
o de una noche oscura
donde apenas hay estrellas.
O la que duerme
entre las dunas
de esta arena blanca
que cubre mis pies.
Hay soledades
vestidas de mares.
de olor a azahares,
de versos escritos
de ciertos rumores...
(Del cosquilleo de las voces
que susurran en los oídos)
De rocíos
refrescando las mañanas,
del claro arroyo
que bañó el camino
con sus aguas mansas.
De las que ahuyentan
los desaires
y carcomen los muros
que cubren corazones.
Hay soledades
cubiertas de rosas,
que dejan su aroma
en manos hambrientas,
hambrientas de letras…
Taté GR
19 agosto 2016

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