Si
me despojo
de estos zapatos
(de tacones),
que oprimen y
encarcelan mis pies…
Si los destapo
del alquitrán
que cubre el camino…
Sabré de lo suave
que es sentir
el cosquilleo de la arena
bailando en los dedos,
de la humedad salada
bañando la piel.
Aquí, donde vivo,
los pies son libres
de caminar desnudos
delante de sus huellas..
No necesito más
que una playa desierta,
una luna que alumbre la orilla
y unos pies descalzos
cubiertos de arena…
Taté GR
25 agosto 2016
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