No quedan palabras que el mudo silencio se pueda guardar, duermen atrapadas bajo la atenta mirada de quien las sabe cuidar...No dejen que la ignorancia use sus necias palabras bajo esa lengua afilada y pueda avivarlas sin contemplación, no dejen que nos tapen la boca y nos aten las manos...No valen discursos de quienes ahogan la sabia postura de reivindicar que la música no es sólo música, que la música es algo más...
Bien siente el niño antes de nacer los suaves sonidos vibrando bajo la piel, el rítmico aire que viene y va, dando al latido su dulce compás...El mar canta, el viento silba y la tierra tiembla al caminar...
Quién no se ha dormido al son de una nana, levantado en cada mañana con la melodía en el despertar...Quién no ha llorado, reído, bailado, amado, saltado y gritando "quiero más", con aquellas canciones que hicieron vibrar, soñar, volar con esas alas imaginarias...
Aquella música que calma la rabia, las duras batallas, angustias guardadas suavizando el ritmo estresado que algunas jornadas tienen al finalizar.
No valen discursos de quienes se niegan a contemplar que la música no es una simple asignatura que se pueda archivar, la música va mucho más allá...
Es ritmo al respirar, el compás del corazón, la armonía al hablar o la melodía de una voz...
Cuando la ignorancia habla, la nota del silencio toma la sabia decisión de saber donde colocarse en tan triste canción...
Aceptar que el que no haga sentir la música, no la sabrá enseñar...
Sentir la música a través de la piel...
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