No sólo sonríen los labios
dibujando una sonrisa,
los ojos también sonríen
si los dejas que sonrían,
si dejas que brillen
con esa luz infantil
con que miran.
No sólo se sonríen
al subirse las mejillas,
las manos también sonríen
con una simple caricia...
Los brazos cuando te abrazan
con esa inmensa alegría,
se sonríe con un verso,
con un libro, con un cuento,
la pintura, la música…
con los mejores recuerdos…
El alma también sonríe
si has vivido de pequeño
jugando, alegre, risueño,
lleno de buenos momentos.
¡Sonríe!... porque todavía
vive el niño que llevas dentro...
Taté
2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario